sábado, 31 de diciembre de 2011

Quiero encontrar mi sitio.

Último día del año y todos, queramos o no, estamos diferentes. La gente que se deprime por la Navidad, la que está feliz, el consumismo, el supuesto espíritu navideño, la ilusión, el amor... y la tristeza por no tener ilusión o amor. A mi al menos, quiera o no, siempre se me mueve algo por dentro.

¿Cómo saber la importancia que debemos darle? ¿en serio es tan importante que un día dejemos de poner en el calendario 2011 para poner 2012? Creo que ponemos demasiadas expectativas en estas fechas. Pero sí viene bien que de vez en cuando ( y si el fin de año sirve como excusa, perfecto) nos paremos a hacer recuento de lo que venimos haciendo, una especie de vistazo para atrás, de balance entre lo bueno y lo malo, de lo que hemos sentido, lo que nos han hecho sentir, de las cosas nuevas, los cambios, de los sentimientos encontrados, los perdidos... A lo mejor si algo no nos va bien, podemos arreglarlo si nos paramos a pensar.

No me gusta personalizar estas cosas, pero creo que la ocasión lo merece, y necesito hacer un recuento de todo lo que he vivido en 2011... Para mi ha sido un año de emociones muy fuertes, de esas que probablemente dejen marca de por vida. Ha sido un año de ilusiones por giras y conciertos con gente importante para mí, viajes por España, dormir en hoteles... Festivales de verano con mucho rock and roll. Nuevos descubrimientos musicales, creo que el año que más nuevos grupos he coleccionado... podría nombrar a miles, Supersubmarina, Miss Caffeína, Rebeca Jimenez, Zahara, Sexy Zebras, Supernadie, 84... y otros ya conocidos que ahora son de cabecera, Amaral, Quique Gonzalez, Nacho Vegas. Pero bueno podría estar eternamente hablando de música, ya me conocéis.
El 2011 también ha sido un año de nuevas caras que se han convertido en imprescindibles, otras que me han traído experiencias dolorosas y momentos tristes, pero que me han dado lecciones para seguir adelante pase lo que pase. También muchos días de necesitar abrazos de personas en concreto y no poder tenerlos, a ver si eso se acaba para el año próximo.
Caras ya conocidas con las que he vivido momentos especiales, y peleas, distanciamientos... c'est la vie. Magia que desaparece en cosas que creías para siempre, gente que te decepciona, pero en contrapartida, también gente de la que no esperabas nada y te sorprenden positivamente. Amigos que te das cuenta que sí que lo son, amigos de verdad, de los de contarse todo, ya sea con palabras o con simples miradas, de los que te apoyan, con los que puedes pasar 4 días seguidos y te sigue pareciendo poco. Que están en las buenas, pero sobre todo, en las malas. No me interesa tener 20 amigos de mentira, los que tengo de verdad, que los puedo contar con una mano, sé que son los que valen.
Y espero que el 2012 les traiga todo lo que merecen, pero que les traiga más a esos que me han hecho sufrir, esos que están siempre enfadados y amargados, esos que no saben valorar lo que tienen... que el 2012 les traiga vida, que se den cuenta de que la infelicidad no tiene porque seguirles en el camino, que les traiga suerte, que la van a necesitar.

Como diría Rebeca, "Ha sido un año sin compasión, me he desarmado en cada esquina" es la mejor definición que he encontrado para mi año... sin compasión, crudo... sin ningún tacto ni calma. A lo mejor es mejor así, todo a fuego, todo muy de verdad... aunque joder, a veces la tormenta dura demasiado, y se echa de menos un poco de calma.

Y me gustaría brindar hoy con todos los que han caminado conmigo este año, con los que siguen y los que se han ido. Por recordar siempre este año, si ha sido malo para aprender de él, y si ha sido bueno, para saber que el próximo puede ser aún mejor; Por esas personas especiales que todos tenemos; por esos casi-desconocidos que te sacan una sonrisa y te alegran el día; por esos días en los que lloramos a escondidas para que nadie nos vea, para que intentemos no hacerlo, porque la tristeza si se comparte, pesa mucho menos; Por las noches preciosas que hayamos tenido; por los momentos de soledad que necesitamos a veces y que son tan reconfortantes...Por aprender a vivir, que no es poco.

Pero no os creáis que se acaba el año y se cierra todo lo que veníamos viviendo hasta entonces, que se abre un capítulo totalmente nuevo.. ojalá. Los problemas siguen ahí, y también las personas especiales, y también las historias inconclusas que aún tienen que escribirse

miércoles, 14 de diciembre de 2011

Hey, nadie podrá con nosotros.

Nos encanta leer historias de gente a la que le pasa lo mismo que a nosotros, que tienes las mismas preocupaciones y frustraciones, porque así nos sentimos un poco menos desgraciados... ya dicen que mal de muchos...

Pues esta va a ser la historia de una chica de ojos tristes, una chica tímida, pequeña, discreta y con personalidad triste y oscura, venía así de serie. Aunque nadie la conocía mucho por dentro, tenía una gran vida interior, muchos conflictos, muchas emociones... pero era la mejor en ocultarlo todo, la señorita que salía al mundo cada día no tenía problemas, no le pasaban grandes cosas ni tenía importantes frustraciones. Era misteriosa, se escondía.
Pero eso en el fondo la hacía sufrir. Y no era tonta, se dio cuenta y quiso poner remedio. Pero era tan complicado empezar a mostrarse, sacarse la coraza y hablar, contar, llorar... Si lo ocultaba y no hablaba de sus problemas, era como si no existieran, los podía ignorar cuando quisiera y hacer como si nada, aunque claro, los dramas seguían ahí acumulándose y matándola por dentro poco a poco, día a día.

Así que llegó un día, ese día, tarde o temprano, que nos cambia la vida. Todos los elementos se alinean de forma que le rompen los esquemas. Sabe que ya no puede aplazarlo más, que es la hora de actuar.
Se podría decir que no fue un día muy destacable en su vida, no le pasó nada del otro mundo, fue, vino e hizo todo lo que solía hacer. Pero el detonador ya estaba en marcha, y ese día, esa tarde en el sofá de su casa congelada por el pánico, se dio cuenta que esa persona que había aprendido a ser todos esos años, no era ella realmente, que toda esa baja autoestima que se tenía, ese odio y resentimiento a sí misma, esas ganas de sufrir y de estar siempre triste, esa no tenía por qué ser ella. Podía cambiar cuando quisiera.

Así lo quiso y así fue, se plantó ante las personas que la hacían sufrir para decir:
-Eh! aquí estoy yo.
Y qué bien le sentó hacerlo, qué fácil se volvió con el tiempo quererse y cuidarse, saber lo importante que era y que nadie tenía por que hacerle daño si ella no lo permitía.

Como veis, hubo final feliz.... pero antes de ese, hubo muchos finales tristes y oscuros. Los finales están donde nosotros queramos ponerlos, ahí cuando decidimos dejar de actuar.


La vida es muy corta, y no hay tiempo para quejarse y pelear.