domingo, 30 de septiembre de 2012

Escuela de sonrisas.

¿Creéis que existe algo más angustiante que esa horrible presión el pecho que te sube hasta la garganta y te hace un nudo que si intentaras hablar sabes que solo saldrían lágrimas? Seguro que sabéis de lo que hablo, seguro que a todos os ha pasado...
¿Hay algo más feo que la desgana, el desencanto o la desilusión? ¿Hay algo más triste que mirar con hastío, con desesperanza? ¿Hay algo más falso que fingir una sonrisa? ¿Por qué nos enseñan que sonreír cuando el corazón quiere llorar es de valientes, de héroes? Yo creo que lo valiente es encontrar una razón, aunque sea una jodida y pequeña razón por la que sonreír de verdad, y no aparentar estar felices cuando sólo quieres encerrarte en un rincón a llorar, cuando sólo quieres pedir a gritos que alguien venga y te abrace, y te diga que no estás solo, que no es verdad que seas la persona menos querida y más invisible en el planeta Tierra, alguien que esté ahí, que te mire a los ojos, y que te diga que todo va a salir bien, aunque no tenga ni la más mínima idea de si saldrá bien o mal, pero que te tranquilice, que te arrope.

La verdad es que hoy no tengo ganas de escribir una entrada bonita, que ponga los pelos de punta y que me digáis todos cuánto os ha gustado, la verdad es que me la suda todo, me da igual ser repetitiva, moñas, pesimista, dramática o lo que buenamente os parezca... voy a escribir lo primero que se me pase por la cabeza, si es que esto pasa por mi parte racional, que no lo creo...

¿Tanto cuesta ser sinceros y decir que no somos felices? Que sí, que podríamos serlo, que tenemos todo para ser felices, tenemos un techo, una cama, comida, podemos estudiar lo que nos gusta, compramos la ropa que queremos, tenemos el móvil último modelo.. que sí que todo eso está muy bien, pero tan raro es decir que aún así, no somos felices? Que eso no nos llena por dentro joder... Que no hay que ser tan cínico de divulgar a los cuatro vientos que somos muy felices y que nuestra vida es genial, cuando por dentro, al final del día cuando nos tumbamos en la cama y nos tapamos, el frío que sentimos nos cala hasta los huesos, nos deja helados, duros, es más que frío exterior, es frío que nace de dentro, de nosotros, de la falta de contacto humano que tenemos todos los putos días al relacionarnos con gente cuyos problemas nos importan una mierda. ¿Donde quedó eso del contacto humano, la empatía, el cariño? ¿Que clase de sociedad hemos construido que está basada en el dinero, en la competencia, en tener tener y tener? No se hace ningún caso a los sentimientos, a las emociones, ¿Cuántas palabras creéis que hay en el diccionario que definan sentimientos? Pocas, muchísimas menos que sentimientos hay en el mundo... Por eso es que no estamos preparados para definir lo que sentimos, por eso sentimos cosas y no podemos nombrarlas, no sabemos qué son, nos confundimos, nos sentimos culpables, pequeños, estúpidos... Si pudiéramos aclarar lo que nos pasa por dentro... todo sería mucho más fácil. Podríamos hablar de emociones, podríamos contarle a los demás lo que nos pasa, no tendríamos de qué avergonzarnos.
Pero no es así, no le contamos a nadie lo que sentimos realmente, lo escondemos, y sacamos a relucir la más estudiada de nuestras sonrisas, que las ganas de llorar hasta quedarnos dormidos... ya las aguanta muy bien la almohada.

sábado, 29 de septiembre de 2012

Esas cosas que no hay que contar.


Nunca nos planteamos lo que vamos aprendiendo de las experiencias, se habla mucho de aprender en el colegio, en la universidad, en casa… pero poco se habla de lo que aprendemos de nosotros mismos, y nos quejamos de los errores sin pararnos a pensar que gracias a ellos hemos aprendido una lección más. Claro que a veces duele tanto que no llegamos a saber si vale la pena, no sabemos si hubiera sido mejor venir de fábrica con eso aprendido, o que nos lo enseñaran papá y mamá de pequeños… pero que va, hay tantas cosas para aprender y que son tan difíciles de explicar, que nadie nos lo cuenta…

No nos dicen de pequeños que nos iba a doler tanto vivir, no nos dijeron que la vida no es justa, que nos consolamos pensando que hay un Dios, o un karma o un destino….pero no tenemos ni puta idea, es sólo que es la única manera que encontramos para sobrevivir. No nos dicen cuando venimos aquí que nos vamos a sentir mal habiendo actuado bien, que nos van a dejar tirados y no vamos a entender nada…

No nos advierten de que hay gente mala y rencorosa, que nos hará daño y nos abrirá heridas que difícilmente sepan de que profundidad son, tampoco nos dicen que a lo mejor, en algún momento, nosotros seremos esas personas que hagan daño, y que a veces, lo hacemos sin darnos cuenta, y no por maldad…

Hablan mucho de la adolescencia y de los jóvenes como personas desorganizadas, rebeldes, pasionales y sin ningún respeto a la autoridad, lo que no dicen es por qué vamos a tomar la decisión de ser rebeldes cuando algo no nos guste, ni nos dicen qué coño se supone que tenemos que hacer con las miles de emociones que nos van a recorrer las entrañas para acabar siendo tan “pasionales”… nos dicen que hay que obedecer a la autoridad, pero se olvidan de decirnos qué hacer cuando la autoridad se equivoca, cuando no estamos de acuerdo, cuando tenemos que levantarnos y decir “hasta aquí.”

No nos sientan de pequeños en una silla y nos explican qué es la libertad, qué es el amor, cual es la clave para ser feliz. Claro que no nos lo explican… porque no lo saben.

Nunca nos enseñaron a querer… nos dicen que queramos mucho, pero es un error, hay que querer bien, no mucho… y eso no nos dicen cómo hacerlo.

Se olvidan de enseñarnos tantas cosas, que ahora tenemos que aprenderlas solos, a base de hostias. Quizás es esa la mejor manera, quizás no tienen que contarnos todo eso antes de vivirlo... quizás, pero qué sabré yo, apenas sé quien soy...
Pero en fin… nadie nos dijo tampoco que la vida fuera fácil, así que no podemos reclamar nada.


Es muy triste no saber gran cosa de la propia vida hasta que ya es muy tarde y no vale la pena todo esfuerzo por callar...esas cosas que no hay que contar…

lunes, 17 de septiembre de 2012

Si catorce vidas son dos gatos...

¿Cual es tu meta en la vida? ¿Cual es tu sueño y como te ves dentro de 20 años? Seguramente te gustaría verte trabajando en algo que te gusta (que no tengas que hacer mucho), que te de bastante dinero, un chalet en un barrio residencial, casado o casada, hasta con niños... (Os olvidáis de la hipoteca a 30 años, las deudas, las discusiones con tu pareja por falta de comunicación, que tus hijos se rebelen porque quieren vivir lo que tú no les dejas...)

Todo el mundo parece que viene con esa meta de serie, con esa vida hecha, con un amor perfecto de película de Hollywood, chica conoce a chico unos 3 o 4 años mayor, se enamoran, y viven un perfecto romance de ensueño... Todos soñamos con que nos traigan el desayuno a la cama una fría mañana de invierno, que nos regalen flores por San Valentín, salir a pasear por el centro abrazada a tu pareja, ir a los parques más bonitos y poner un candado con vuestros nombres en un puente, o tallar vuestros nombres en un árbol, una romántica cena con velas a la luz de la luna, con Champagne, rosas y una declaración de amor de las que erizan la piel... Que te cante "Y sin embargo..." al oído, y que esa noche  os oigan hasta las farolas que iluminan, con esa luz tan suya, la ventana de la habitación. Todos queremos esas miradas de complicidad que hacen ver que sobran las palabras, esas caricias que con tan sólo recordarlas ya te entran escalofríos, esos amores perfectos que acaban una pelea con un beso, y listo, solucionado. Todos queremos que nos miren por la calle y sientan envidia de lo que tenemos... ¿O acaso existe alguna chica en el mundo que no se emocione al pensar que él te huele el pelo mientras te acaricia y te dice que ese es el mejor olor del mundo?

Y claro, es verdad que a nadie le gustan las discusiones, a nadie le gusta sentirse solo, nadie quiere que en las últimas llamadas del móvil esté su madre o su compañía telefónica, a nadie le gustan los domingos de manta y peli a solas, falta algo, ¿Quién está contento un 14 de febrero cuando todos tus amigos te recuerdan los regalos que han recibido y lo felices que van a ser esa noche? ¿Quién soporta como si nada el hecho de estar solo y pensar que te lo mereces, porque es imposible que le importes a nadie...? Nadie, nadie quiere pasar un cumpleaños sólo, no tener fechas especiales, no tener una foto de dos en el fondo de pantalla del móvil, no tener a quién darle los buenos días ni desearle las buenas noches antes de dormirte, nadie de quién preocuparte cuando no te cogen el móvil, no tener la tranquilidad de tu madre cuando sales, porque no sales con un "él" que te proteja... No pensar constantemente en alguien, y si lo haces, saber que no va a ser correspondido...

Está claro que a nadie le gusta eso... pero... ¿sólo hay esas dos opciones? ¿No has pensado alguna vez que a lo mejor existe algo más que esas dos opciones que nos ha marcado la sociedad?

Es que yo no quiero nada de eso, joder. Yo no quiero una vida estable y vacía aparentando ser feliz y acabar odiando la puta rutina de las parejas, que tienen hijos para solucionar un problema que sólo se va a hacer más y más grande con los años... A mi no me vayas a esperar a las doce en el juzgado, no me digas "volvamos a empezar" (yo no quiero ni libre ni ocupado, ni carne ni pecado, ni orgullo ni piedad...)
Yo no quiero nada normal, yo no quiero saber "qué somos" ni "en qué parte estamos", no quiero cosas serias ni preestablecidas, no voy a firmar un contrato que me ate a hablar solo contigo durante el próximo año, hasta que uno de los dos se harte y se vaya con otro/a, tengamos la bronca del siglo y se hagan heridas que luego no se borran durante demasiado tiempo. Y no quiero a nadie que quiera todas esas cosas... y quizás por eso directamente no encuentro a nadie.

Pensad de verdad qué queréis, bajad el puto volumen de la música que lleváis todo el día enchufada, apagad el móvil que no deja de avisaros que tenéis whatsapp y twitter y que podéis estar las 24hs del día conectados al fantastico mundo sideral de internet.
Sshhhhh, calla, piensa, cierra los ojos y escucha al de abajo, al del pecho. Y cuando sepas realmente quién eres tú y qué cosas te mueven.. corre, ve a por ello, vas a tener mil obstáculos, mil impedimentos, mil veces te vas a caer, pero mil y una te tienes que levantar. Y tú puedes, y tú sabes muy bien que puedes. Tu vida ideal está a la vuelta de la esquina, pero no tengas prisa por hacerlo todo ya, disfruta de los errores, diviértete, haz eso que todos desaconsejan, equivócate, déjate llevar, déjate ayudar por quienes quieren curarte las heridas... Y sobre todo, no te sientas idiota cuando no sepas que hacer y estés perdido... Porque sólo de esa manera, quizás llegues a ser feliz.


Si catorce vidas son dos gatos, aún queda mucho por vivir. 

viernes, 7 de septiembre de 2012

La tristeza y la alegría viajan en el mismo tren.

Hoy ya es 8 de septiembre, y ahora mismo habrá gente de fiesta, mucha gente emborrachándose para olvidar que su vida es un asco, otros sólo para divertirse, habrá otras personas durmiendo porque mañana madrugan, otros viendo una peli con su pareja, otros haciendo el amor, otros en urgencias... y algunos cogiendo fuerzas para escribir algo... "Escupe" dice Rubén Pozo.

Para muchos hoy habrá sido un día más que tachar en el calendario, de esos en que no haces ni te pasa nada relevante, ni bueno ni malo, y te vas a la cama como te levantaste.
Para algunas personas con suerte, hoy habrá sido un día de esos en los que el sol parece que brilla más que nunca, en los que las noches de rock and roll son lo mejor del mundo, al lado de los tuyos, qué buena gente son, claro, amigos para siempre.
Para otros hoy habrá sido de esos días en los que sientes cosas nuevas, nuevas experiencias, y no entiendes muy bien qué es, si es bueno o malo, si quieres repetir o no... También puede haber sido un día de despedidas en el andén, de besos en el último minuto, de reconciliaciones, de flechazos, de sonrisas excitantes por la calle con desconocidos. Para otros habrá sido un día de creación, de sacar todo lo que tienen adentro de la forma que saben, música, pintura, escritura...

Pueden ser tantos días para tanta gente...
Días de jaquecas, de no entender nada, dias en los que hasta los alegres pájaros cantando te hacen sentir una mierda, días en los que todos fallan, días en los que te das cuenta quienes valen de verdad, normalmente, quienes menos esperas.
Días de palabras bonitas cuando estás mal, días de consejos que te hacen pensar, días de cruda realidad. De ataques de ansiedad, de terrores nocturnos, de nudos en la garganta que no se van con nada.
Noches de conversaciones con gente preciosa, conversaciones de no poder dejar de reír...Mañanas con los "buenos días" esperados, o no.
Días en que crees una cosa y te juras que va a ser así por siempre jamás, y al día siguiente todo está del revés, nunca nada es para siempre. Algunos días de no querer salir de casa y otros de querer irte muy muy lejos.
Días en que nada sale como queremos, que el karma es un cabrón con nosotros y todo el viento viene de frente, días de no encontrarnos, de buscarnos, y de finalmente, para bien o para mal, encontrarnos.
Días de manta, helado, y música destructiva... pero eh, tranquilos, que si el día empieza torcido, siempre puede seguir empeorando.
Días en los que te consuelas pensando que todo pasa, que "nada importa tanto" y que no hay que dar a la gente más importancia de la que ellos te dan... ojalá fuera tan fácil.
Días de querer ser feliz con todas tus fuerzas y que el mundo te lo impida, de querer estar sola en el universo, y otros de sentirte muy sola sin querer estarlo.
Días de ser correspondida, días de no serlo en absoluto.
Días de "nunca dejes de sonreír, aunque vaya todo mal", otros de "somos idiotas eh" y otros días de "Pues quiero ir a verte, voy a mirar vuelos".
Días en los que las penas pesan muchísimo sobre la espalda, que tienes que buscar la alegría por los rincones más recónditos de la ciudad, o por el fondo de los vasos del último bar abierto.

Y eso... que en definitiva, hay días para todo, por eso tenemos muchos años para aprender, para jodernos y caernos, y volver a levantarnos. Y aunque todo sea una mierda en un momento... "tout passe, tout casse, tout lasse, et tout se remplace". Siempre se puede levantar el vuelo, las alas no se rompen, sólo se lastiman. Y si ahora todo va bien, corre, aprovecha, haz todo lo que quieras, vive como si te fueras a morir mañana, hazme caso que cuando no lo tienes, se echa de menos.


Si no cierras bien los ojos muchas cosas no se ven.