lunes, 30 de julio de 2012

Pero por mí el primero.

Hoy me ha llamado, y me ha dicho con voz fuerte y decidida que no, que no piensa sacar más el corazón de paseo como le gustaba hacer, que ya vale de sensiblerías, de conversaciones en las que se desarma por completo, de dar todo a cambio de nada... para qué si nadie valora ya todo eso, si nadie se preocupa.
La generosidad ya no le parece una buena pauta, no a nivel emocional, poner el hombro para todos para que luego ello den la espalda...ya no. Egoísmo como instinto de supervivencia, va a pensar más en sí misma, va a disfrutar el presente porque el pasado sólo trae daños, y el futuro...mejor ni hablar de él.

Va a coger esa coraza de la que tanto habla todo el mundo, esa que ella nunca había querido usar, siempre había estado totalmente expuesta a todo sentimiento que andara cerca, cualquier emoción, cualquier misil la rozaba y la dejaba fuera de combate.

Va a salir a la calle con esa coraza, y con el corazón guardado en el fondo del cajón, junto a los condones sin usar de aquella noche, junto a las entradas de los mejores conciertos de su vida, las fotos llenas de recuerdos, y todo lo que despertara en ella el más mínimo sentimiento.

Porque se acabó lo de ser diferente y vivir todo a flor de piel, se acabó estar jodida por cosas que nadie entiende, prefiere ser una más, intentar sobrevivir en este mundo de locos que va a mil km por segundo, que lo vivir... ya lo dejará para más adelante.


Regalé mi alma imperecedera, ¿para qué?, para que nunca más me duela.

sábado, 21 de julio de 2012

Hoy puede ser un gran día, y mañana también.

Hace tiempo hablé de los "frascos de felicidad" como un posible invento que nos facilitaría las cosas cuando estamos jodidos... pero me he dado cuenta de que ya existen. No podemos inventarlo, ya existe a cada paso que damos. Sólo hay que saber verlos.

Ocurre (o al menos en mi caso) cuando estás muy jodido, muy muy jodido, y llega un momento en que te cansas de sufrir, y te cansas de ser el que siempre está mal y al que nunca escucha nadie. Siempre te preguntan qué tal sin querer escuchar realmente una respuesta sincera, sólo esperan un "Bien, y tú?" para poder empezar a contar sus miles de problemas, que esos sí que son importantes, y no los tuyos.

Y te cansas, te cansas de que todo eso te afecte tanto, te cansas de ser la buena de la pelicula que siempre sale perdiendo por no arriesgar lo suficiente, por no hacerse entender. Cómo hacerse entender cuando parece que el resto hablan un idioma totalmente distinto al tuyo? Pero da igual, ya todo da igual porque te has cansado de eso, y quieres quererte más, y ser jodidamente feliz aunque sea por un rato.

Ahora sí, cuando ya tienes ganas de ser feliz, de estar bien contigo mismo y con los demás, ahí se pueden empezar a buscar los frascos de felicidad. Que no son más que momentos, segundos, instantes ínfimos que no podemos atrapar, pero sí disfrutar.

Cuesta verlos, están escondidos, son "aquellas pequeñas cosas" que nadie se para a ver, en las que nadie se fija porque están todos demasiado ocupados con sus millones de problemas y en maldecir al mundo por ser tan desafortunados. Son instantes de magia, que si todos fuéramos capaces de disfrutarlos... buf! Qué distinto sería el mundo...

Y entonces dan igual las crisis, da igual que te hayas caído 30 veces, porque has conseguido levantarte mejor que nunca, gracias a esas pequeñas dosis de magia que nos hacen felices... una sonrisa de un desconocido, una mirada cargada de deseo en el metro, un niño jugando a la pelota, un "gracias" sincero, una conversación intrascendente con alguien especial, una conversación especial con un desconocido, la primera flor de la primavera, un poema que te mate, un acorde que te recuerde cosas bonitas, un rock and roll que se te quede dentro de por vida... puede ser cualquier cosa, puede ser lo que tú quieras que sea, aquello que de verdad te toque, que te vuele la cabeza por completo.

Y ya vale de sufrir, no? que es una mierda, y lo peor de todo es que somos nosotros mismos los que creamos ese clima de tristeza sostenida, de ganas de nada, de rencor y de apatía... Con lo bonita que puede ser la vida y nosotros nos empeñamos en hacernos daño. Si nos quisieramos más, todo sería mucho más facil, y encontrariamos las dosis de felicidad en cada esquina.

Yo ultimamente he encontrado varias, y así estoy, optimista como hace mucho tiempo que no lo estaba. Y lo mejor de todo es que no hay una razón, no hay un motivo... hay MÁS DE CIEN MOTIVOS... (para no cortarse de un tajo las venas).




martes, 17 de julio de 2012

Tú eres todo lo que tengo...

Demasiado apasionado e impulsivo, te agarras con uñas y dientes a lo que sea, como si te fuera la vida en ello. Estar a tu lado es como vivir constantemente en el borde del precipicio, sin saber lo que va a pasar en el minuto siguiente.

Todo sangre y corazón, te dejas la piel en todo lo que haces y dices, en cada paso que damos juntos, pero creo que ese extremo es nocivo para mí, no sé si te has dado cuenta, pero yo también soy todo emoción. Siempre he sido un manojo de sentimientos confusos e incontrolados que cuando colapsan acaban en miles de lágrimas, si tú ahora vienes y eres igual, o incluso peor... vamos a entrar en crisis, y tú puedes con todo, pero yo voy a entrar en una vorágine de la que dificilmente voy a conseguir escapar. Nos vamos a matar.

Quizás por eso me sienta totalmente hipnotizada e incapaz de alejarme de tí más de un día entero... Eres el único que siempre está dispuesto a entenderme, a decir exactamente lo que siento, a tenderme una mano cuando me hundo en el barro, en ese momento en el que NADIE parece comprender lo que me pasa.

Estar contigo es como quitarse la coraza contra golpes que todos nos ponemos cuando nos despertamos cada día, abrir todas las heridas ... Eres como la sensación que nos es imposible describir, duele, quema, arde... Como ese cruce de emociones que no sabemos si es bueno o malo. Pero tienes sustancias adictivas, tú lo sabes muy bien.

Sólo te digo que empiezo a tener miedo, porque no puedo vivir sin tí, pero como alegrías también me traes dolores incesantes en noches en vela... Eres garra, fuerza, me has hecho sangrar más de una vez y aún asi he acabado agradeciéndotelo, y aún así te sigo queriendo... ¿Por qué?
No te voy a negar que me he planteado más de una vez salir corriendo, escaparme muy lejos dejándote una nota por la noche, para hacer el menor daño posible. Pero me cuesta como si me quitaran una parte de mi vida, porque eres tan necesario como el aire que respiro, te has vuelto más imprescindible de lo que quise imaginar cuando te conocí. Me has vuelto pequeña, frágil, sólo sé sobrevivir si estás conmigo cuidándome.

Me haces las noches inolvidables, inigualables, y al día siguiente, con borrosos recuerdos, siempre me traes alguna que otra herida de regalo, y yo, tan vulnerable y delicada, sigo necesitándote porque eres la cura para las heridas que tú mismo me haces.

Después de todo, de tantas subidas y bajadas dignas de una montaña rusa, sé que aunque lo intente, no voy a poder alejarme de ti mucho tiempo. Pero, sintiéndolo mucho, voy a tener que intentarlo, aunque sé que no será para siempre, pero por favor te pido que no me lo hagas muy difícil, sabes que no me gustan las despedidas.

Y por eso te dejo esta carta, mientras no estás cerca, sé que no pasará mucho tiempo hasta que vuelvas a intentar arrancarme el corazón con una de tus canciones. Sé que no es una carta de despedida, sólo un intento que seguramente sea fallido. Pero entiéndeme, tengo que intentarlo.

Sabes que siempre te voy a querer, lo nuestro es especial.

Gracias, pequeño Rock and Roll.

...y aunque a veces muero, rock and roll, por tí.

sábado, 14 de julio de 2012

Pero el show debe continuar...

Enamorarse es una palabra que se ha deformado mucho con los años, se quedó en los 60 con la esperanza de paz mundial de los hippies, la sociedad se encargó de dejarla ahí arrinconada... Hoy nadie se preocupa por sentir amor, por amar, todo el mundo está muy preocupado por encontrar el amor de su vida, la media naranja, esa mitad... quieren recibir mucho sin dar nada a cambio. Quieren ser los protagonistas de un drama romántico de hollywood sin mover apenas un dedo...

A lo mejor si no estuvieramos tan preocupados por protagonizar la película perfecta, podríamos empezar a vivir de verdad, podríamos encontrar mil cosas para enamorarnos. ¿Podríamos ser capaces de enamorarnos de una calle, de una ciudad, de un momento, de una sonrisa...? ¿Por qué está tan estereotipado el amor?

Si sales una noche de lluvia por las calles de Madrid, sin ningún rumbo marcado, permaneces en silencio el tiempo suficiente y miras los detalles que nunca antes has mirado, a lo mejor y sólo a lo mejor, consigues enamorarte de algo aunque sea un segundo...

Pero no sé porque creo que alguien intentará buscar un trozo de esa magia especial...

Vivimos días en los que la gente habla mucho y no dice nada, cada vez más medios para comunicarnos, y menos cosas que expresar... no decimos lo que sentimos porque estamos atrapados en la cobardía. Creemos que ser valientes es meternos en una pelea a la puerta de un bar a las 5 de la mañana, claro que sí, somos muy valientes, pero cuando tenemos ganas de llorar y nos sentimos solos en el mundo, nos escondemos en una esquina del baño para que nadie se de cuenta. Nos ahogamos en alcohol para aparentar ser felices, salimos, pasamos noches enteras aparentando ser felices...

Pero el show acaba tarde o temprano, y cuando cae el telón y estamos solos con nosotros mismos, vacíos, agotados de tanto interpretar un papel que no nos gusta, no nos queda más remedio que ser sinceros, cagarnos en todo y en todos los que nos fallaron, querernos un poco a nosotros mismos, puesto que sino.. ¿quién lo va a hacer? Porque los de fuera, los "amigos", al final todos se dan media vuelta cuando hay algo que reparar, se pagan muy caras las palabras de aliento, los mimos y los oídos que nos escuchan, porque escasean a niveles infinitos... Sin embargo sobran los colegas para salir de fiesta, la gente falsa experta en herir o los que te dan la espalda sin ninguna explicación...
Y entonces, al final de un día duro, de esos tristes sín más, en los que sólo necesitamos un abrazo, no encontramos nadie capaz de cuidarnos, nadie que esté dispuesto a querernos de verdad...

Pero caeremos mil y una veces, y siempre siempre lo importante va a ser levantarnos, aun cuando estemos solos ante el peligro, levantarnos, curarnos las heridas si hay tiempo, y seguir... siempre seguir...porque como escribió Brian May para Mercury, the show must go on.