sábado, 1 de marzo de 2014

Mejor sigo durmiendo.

Hoy he vuelto a soñar con París, ¿sabes? No, no, ahora ha sido durmiendo, sin querer.

Y paseaba por sus calles y no podía dejar de mirar a todos lados porque a cada paso que daba sentía que ya me había perdido algo.

Y creo que un poco así me siento con respecto a la vida desde hace un tiempo. Quiero quererte, o que me quieras, quiero probarte y que me pruebes, quiero tener el miedo y superarlo, quiero vivir cosas, quiero vivirte. Pero sé que lo haría de forma estúpida y me llenaría de heridas (aunque ya lo hago sin ti, tranquilo), y que además, me perdería otra vida que quizás sería mejor, yo qué sé, pero me genera una ansiedad emocional que ni te imaginas.

Así que al final, lo único que consigo es querer quererte pero sin ser capaz de mirarte a los ojos, ya no. No te pruebo y eso que las ganas no se han ido. Tengo el miedo pero más bien me supera él a mí. Tengo la vida, pero ya no sé qué se supone que estoy viviendo ni hacia donde tengo que seguir el paseo. Mejor me voy a seguir durmiendo a ver si lo averiguo.