viernes, 26 de octubre de 2012

Mujer bonita es la que lucha.

La chica de los ojos tristes cogió el ultimo tren, no se despidió de nadie, tampoco preguntó a donde la llevaría ese tren, sólo escapaba como podía de la ciudad.

Esa ciudad tan rápida y frenética a la que no conseguía cogerle el ritmo, esa ciudad que a veces parecía que hablaba un idioma diferente al de ella. Llena de asfalto, con tan poco espacio para los sentimientos, con tantas lágrimas derramadas en tantos portales en calles ya malditas del centro. Callejones que eran oscuros hasta a plena luz del día, que reflejaban la oscuridad de su alma, ya cansada de vagar a tientas por las calles mojadas y frías del invierno, mirando a la gente a los ojos para que le apartaran rápidamente la mirada... ¿Quién mira hoy a los ojos

Pisando cada charco de la calle Arenal, empapándose hasta el pensamiento mas recóndito de su desordenada cabecita. Le daba igual. Le daba igual mojarse, mancharse o morirse de frío. sabía muy bien que nadie iba a venir como en una película a ponerle su chaqueta sobre los hombros, a limpiarle las lágrimas de las mejillas y a darle el calor de un abrazo sincero.

Caminaba y caminaba y no encontraba razones para sonreír, y ni una maldita razón para escribir, ninguna inspiración, las musas se habían muerto ya todas, no había nada que valiera la pena contar, nada que le pusiera los pelos de punta. Miraba a su al rededor y solo encontraba soledad, gente gritandose, sollozos de desesperación, gente triste que no vivía, que sólo se conformaba con sobrevivir.  Fue entonces cuando comprendió que este mundo no estaba hecho para ella, que le venía grande, o pequeño... en definitiva, que no se encontraba en ese mar de gente tan infeliz.

“ser feliz ha pasado de moda” podía escuchar en el latido de cada persona con la que chocaba en las abarrotadas calles peatonales de Madrid... “tengo miedo de ser yo”, “no me quiero.”... y demás frases devastadoras para su frágil y sensible corazón. 

Si no tenía una razón para escribir, ya no valía la pena seguir buscando nada por lo que sonreír, ninguna motivación por la que levantarse cada mañana... Y sin embargo, todo cambió en un segundo. De repente, en una calle estrecha y pobremente iluminada, por la que nadie se le ocurría pasar, leyó en una pared “Mujer bonita es la que lucha.” y sonrió. No supo muy bien por qué, pero sonrió. Después de llevar horas andando con la mirada perdida dentro de las cicatrices que intentaba curarse con alcohol esa noche, sonrió. Y en ese instante se dió cuenta, se dió cuenta de que siempre, SIEMPRE, va a existir una razón, por mínima y diminuta que sea, para sonreír. y  se dió cuenta de que nunca se quedaría sin cosas que escribir... porque podrá no haber poetas pero siempre, habrá poesía.

“Podrán cortar todas las flores, pero nunca detendrán la primavera.”



No digáis que, agotado su tesoro,
de asuntos falta, enmudeció la lira;
podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.

Mientras las ondas de la luz al beso
palpiten encendidas,
mientras el sol las desgarradas nubes
de fuego y oro vista,
mientras el aire en su regazo lleve
perfumes y armonías,
mientras haya en el mundo primavera,
¡habrá poesía!

Mientras la ciencia a descubrir no alcance
las fuentes de la vida,
y en el mar o en el cielo haya un abismo
que al cálculo resista,
mientras la humanidad siempre avanzando
no sepa a dó camina,
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!

Mientras se sienta que se ríe el alma,
sin que los labios rían;
mientras se llore, sin que el llanto acuda
a nublar la pupila;
mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

martes, 23 de octubre de 2012

Todo viene de dentro.

El miedo de escribir algo tan sumamente personal que me delate y me haga débil, está haciendo que no quiera escribir nada, y eso me está matando por dentro. No quiero dejar claras ciertas cosas, porque tengo miedo, mucho miedo, demasiado miedo.

Y son tantas  las ansias por que quede un texto perfecto, bonito, que tenga un perfecto equilibro entre lo personal y lo universal, lo justo para que se refleje lo que me pasa de una forma sutil y con diversas lecturas. No quiero que tú me leas y sepas exactamente de qué estoy hablando, que estoy hablando de ti, porque eso me haría sentirme extremadamente vulnerable, y por qué no decirlo, estúpida. Aunque sé que posiblemente leerías esto y ni te enterarías de que va por ti, porque cómo va a ser por ti, porque tienes otras cosas en las que pensar, otras personas de las que preocuparte y por las que escribir. Yo no formo parte de ese mundo tan complejo que tienes en la cabeza y en el corazón, seguramente ni siquiera seré nunca "tu segundo plato" como dice Rulo.

Y sin embargo, sea lo que sea lo que escriba aquí, lo quiera o no, intente evitarlo o no, esto es puramente yo y todo lo que siento, no puede dejar de ser personal, todo es personal, como dice Fito " Porque escribo igual que sangro, porque sangro todo lo que escribo."

Al final, todo eso hace que me quede enfrente de una hoja en blanco, con la mirada fija clavada en la nada, sin ni siquiera pestañear y con las lágrimas casi brotando de los ojos, viendo mil palabras que podrían estar ahí, y que no están por cobardía. Pensando en coger el teléfono y llamarte, y decirte todo lo que me pasa, aunque eso suponga tirarse de un precipicio sin arnés, y morir. Pensando en que no agradezco lo que me pasa, porque yo quiero otra cosa, porque a mí y a mi vocación masoquista nos pierden las cosas imposibles. Preguntándome si será bueno dejarme llevar sin pensarlo demasiado, si valdrá la pena o al final todo se torcerá como pasa siempre. Sintiéndome sumamente culpable por hacer cosas queriendo hacer otras, no me gusta conformarme, y no sé si debería hacerlo.

Sintiendo también que el tiempo está pasando demasiado deprisa, y faltan cosas que no me da tiempo a asimilar, a hacer, a observar y a disfrutar.
Nunca llevo reloj, no me gusta tener tan controlado al tiempo, ya bastante controlados nos tiene él a nosotros... Siempre organización, control, agendas con horarios, citas a una hora concreta, llegar puntual, llegar tarde, ir con prisas sin mirar al rededor, morirte de frío yendo tarde al metro por la mañana, morirte de calor dentro mientras miras constantemente la hora porque, para variar, llegas tarde.

"¿Y a qué hora quedamos?" "¿Y a qué hora acaba la clase?" "¿Y cuánto dura la peli?"...  pero nunca es  "Cuando te apetezca ven a verme que aquí estoy", "Qué clase tan interesante" o "Esa película me ha hecho llorar como si tuviera 5 años y un mundo de emociones dentro". Hay que cambiar la cantidad por la calidad, los aspectos cuantitativos por los cualitativos. No todo se puede medir, yo no te quiero mucho, yo te quiero y ya. Yo no te echo mucho de menos, yo te necesito aquí y punto. No quiero despertarme más tarde y dormir más horas, quiero levantarme cada mañana con una razón para sonreír.


Es personal, no lo debes oír, pero es que a veces todo, nada da de sí.

miércoles, 17 de octubre de 2012

¿Cuál es el peaje?

¿A qué precio?
Hasta qué punto ser diferente vale la pena? Hasta que te llaman "raro" con desprecio? Hasta que dejan de querer verte? Hasta que te quedas completamente solo?
¿O hasta que un día te preguntan "¿Eres feliz?" y te das cuenta de que la respuesta es un rotundo NO ?

Parece además que se empieza a poner de moda ser "diferente"... una contradicción. Parece que ser alternativo, indie, bohemio es ahora una etiqueta más bien estilística que puedes elegir, y así hacerte la víctima porque nadie te entiende.
Pues joder, además de esos gilipollas que van de independientes cuando sólo siguen una moda más, hay gente que sufre cada día el ser diferente, el sentirse apartado, raro, distinto... el verse solo aún rodeado de gente.

Entonces yo me planteo... ¿hasta qué punto?
Hasta qué punto será bueno de verdad ser distinto... ¿Qué es mejor, ser un feliz ignorante o un genio infeliz? No sé no sé...

Es posible realmente ser feliz cuando eres rechazado por el entorno? El ser humano es un ser de naturaleza sociable, necesita comunicarse, necesita ser aceptado y aprobado. A todos nos encanta cuando se nos reconoce algo que hemos hecho bien, cuando se nos halaga, cuando se nos premia. Si no existe esa aprobación... ¿es posible sentirse realizado con uno mismo?

He hablado con gente que mataría por ser más insensibe, más "como todo el mundo", y otra que no cambiaría su autenticidad aún sabiendo que es todo más fácil. Yo... depende del día.

Los poetas, los pintores, los grandes artistas de todos los tiempos han sufrido, han estado solos, han sido unos incomprendidos... Van Gogh se cortó una oreja por amor, y Blake sólo era visto como un pobre loco por el que nadie apostaba y que sobrevivía gracias a la ayuda económica de sus amigos.
¿Por qué será que a los diferentes, a la gente más sensible, más "mística", se los tacha de locos en su propia época, y es necesario que pasen años tras su muerte para que se los reconozca como genios?

Kurt dijo una frase realmente valiente, "Ellos se rien de mí por ser diferente, yo me rio de todos por ser iguales"... Y hasta él era también una "criatura voluble y lunática" que nunca se sintió parte de la sociedad.

Hay que tener cojones para ser diferente, hay que ser valiente para lidiar con ello, y la valentía, como ya decía Benedetti, casi siempre está acompañada de miedo.



Canción del día por Robe...  
"Nunca me encuentro cuando no quiero ser yo."
 

viernes, 5 de octubre de 2012

Las canciones más hermosas son tristes y crueles.

Lo han dicho, directa e indirectamente, cientos de poetas, escritores, artistas... y en este caso lo dice Joaquín Sabina "Las canciones más hermosas son las más tristes...".
Y es cierto, el arte nace principalmente de la tristeza, de la incomprensión, de la confusión de no saber que hacer y como sentirnos... entonces, la única vía posible es escupir todo ese caos en un cuadro, en un poema, en una canción. Lo que más nos mueve la piel es darnos cuenta de que el cantante que nos gusta, o el poeta que descubrimos, también se ha sentido solo, también ha estado desengañado y también ha tenido un terrible desamor. Nos gusta saber que no somos los únicos en la tierra a los que nos aprieta la soga de vez en cuando... Y así encontramos, en el arte, ese hombro sobre el que apoyarnos y llorar, ese bálsamo con el que sentirnos un poquito más calmados.

Los grandes poetas han escrito los versos más desgarradores que jamás se podrían escribir... Neruda y su canción desesperada, Bécquer, Bukowski, Benedetti (fue haciendo del dolor una costumbre, sembrando de fracasos tu memoria...) y podría seguir con muchos más. Y cantantes, y los temas más oscuros de Sabina, lo más triste de Nacho Vegas... y "Yesterday" y esa magia melancólica que envuelve a cualquiera que la escuche... y joder, que hacen que nos sintamos más arropados cuando estamos perdidos, y nos sentimos comprendidos, cuidados, aunque sea por esos 4 minutos de canción.

¿Por qué siempre lo más bonito cuando estamos jodidos? ¿Por qué es muchísimo más difícil escribir sobre lo felices que somos? La tristeza sensibiliza más, la tristeza la escondemos más, y cuando alguien habla sobre ella, y cuando Sabina dice lo puta que es ella, que se ha ido con el guapo gilipollas, todos decimos sí sí tiene razón... porque a todos nos ha pasado algo parecido, y aún nos resulta increíble y sorprendente que las emociones más feas que nosotros sentimos y guardamos en soledad, también, exactamente las mismas, les pasen a medio mundo, qué medio, a todo el mundo.

Por eso, que coño, yo quiero romper una lanza a favor de todos esos artistas que crean cosas llenas de vida, de optimismo, que transmiten felicidad. Es de lo más difícil de este mundo transmitir con el arte alegría, felicidad, amor.... Ojalá pudiéramos hacerlo más a menudo, ojalá las canciones y los poemas más hermosos no fueran tristes y crueles... Ojalá.

"El arte es aquello que existe sin ninguna otra función que existir... El arte por el arte"

Y en transmitir buenas sensaciones, los cuatro chicos de Liverpool son unos genios.

Y Benedetti dice:

Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva
sabiéndote infeliz y a la deriva
con tus dudas selladas en la frente

ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente

ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre/
con su huella de espanto y de reproche

fue haciendo del dolor una costumbre
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas con la noche.