domingo, 19 de febrero de 2012

¿Apostarías a impar?

Me dices que todo es para mí, que pase y me ponga cómoda. Me dices muchas cosas bonitas, y sonríes, y se me cae el mundo en pedacitos.. Me dices cualquier cosa, se te da tan bien hablar, y yo te creo. Me cuidas, me coges de la mano y me dices que todo va a ir bien, luego me cuentas que estás triste y yo te consuelo, y me das las gracias, y me encanta como me miras. Me encanta hacerte rabiar, que te portes como un niño, que me insistas mil veces cuando yo me hago la dura, y que acabe cayendo al final del asalto. Pensaba que a tí también te gustaba todo eso.

Pero era un juego, un juego que no conseguí ver a tiempo, pero no importa, más vale tarde que nunca. Ahora yo te digo que ya lo sé, y que si todo es un juego yo también pienso jugar, así que vale, juguemos, pero juguemos a ganar ya que estamos. Vayamos a por todas, siempre con la sonrisa puesta y a ver quién de los dos se rompe antes, a ver quién cae de la nube y se parte los huesos en menos tiempo. Ahora lo entiendo, todo era demasiado bonito, siempre lo es cuando es mentira, siempre lo es cuando te sientes estúpidamente especial.

Pero hoy el tiempo se ha cambiado, ha venido a visitarme y me ha contado la verdad, así que ya no tienes por qué fingir, podemos seguir con el teatro si quieres, siempre me gustó la interpretación, pero no creas que vas a jugar más solo, ahora estamos en igualdad de condiciones, o al menos cuando se me hayan cerrado las heridas.

En el fondo, cuando pasen muchos años, o muchas vidas de esto, la rabia desaparecerá, y quedarán las palabras bonitas, tantas palabras y tantas miradas, deseando con toda el alma que fueran sinceras, que por lo menos en eso no mintieras.

Me dicen que es un juego, y que hay que jugar o pierdes la partida, así que juguemos, juguemos hasta matarnos, no creo que estemos muy lejos.



Tu sabías que aquello no saldría bien y aún así te metiste de lleno, ahora no hay lugar donde puedas estar suficientemente lejos.

Habrá sido igual con todos los demás que vinieron detrás...

martes, 14 de febrero de 2012

Contra todo pronóstico.

Mírame, soy feliz, tu juego me ha dejado así...

Hoy, voy a rebelarme contra todo pronóstico, hoy pienso ser rebelde y feliz. Sí, contra todo tópico de estar triste y sola tal día como hoy, yo me niego rotundamente, nunca he seguido modas, y hoy no iba a ser menos... Ni odio el 14 de febrero ni le doy más importancia de la que se merece, es un día más, un día cualquiera en el que tengo la fantástica posibilidad de mostrar una gran sonrisa.
Voy a sorprender a la gente triste por la calle, regalando una mirada de complicidad, o una sonrisa alegre, un gesto bonito o unas palabras amables... que parece que están en peligro de extinción hoy día. No hay días para estar alegre o triste, no hay momentos oportunos para cada estado de ánimo, simplemente hay emociones, que vienen y se van cuando les da la gana, y por más que intentamos no podemos controlarlas, y cuanto más queremos estar contentos y ser felices, más desdichados parece que somos... La clave puede que esté en aceptarnos tal y como somos, sin querer ser otros, valorando todo lo que valemos en nuestra más autentica faceta.

Si las nubes vienen por la mañana a decirte que se han llevado al sol, sonríe para que vean que su maldad no te afecta, y se irán, y vendrá el sol tarde o temprano... Si la lluvia te quiere obligar a quedarte en casa bajo una manta y viendo películas tristes, niégate, sal a la calle, baila, ríe y diviértete bajo la lluvia. Cuando te muestren la parte oscura de la vida, y se vea todo en gris, sé valiente y busca una paleta para pintar los colores que tú quieras. Demuéstrale a la vida que cualquier día puede ser un gran día, que hoy no hacen falta noticias fantásticas, ni besos de película, ni sorteos de la lotería, en lo más pequeño está lo más mágico, y sólo hacen falta ganas, muchas ganas de vivir.

Rebélate contra toda esa cantidad de mundos oscuros que se ha inventado la sociedad, esos imperativos que nos dicen que seamos de un modo que, quizás, no tenemos ganas de ser, que nos obligan a crearnos un personaje que agrade, que se integre, y nos hacemos un guión que realmente odiamos, y que tenemos que seguir día tras día tras día... Levántate contra todo eso, ríe a carcajadas cuando tengas ganas, abraza en los momentos que así lo sientas, besa cuanto quieras y en el momento que sea, no hay malas ocasiones para eso. Corre, salta, juega, cómete el mundo, que para eso nos lo han puesto.

Si la rutina te aplasta,dile que ya basta de mediocridad,
Hoy puede ser un gran día, date una oportunidad.



Qué ridiculo es callarse cuando quieres decir que estás bien cuando todo va mal...

jueves, 9 de febrero de 2012

Confesiones de invierno.

Por favor, no me pidas explicaciones porque no voy a saber dártelas. No me pidas que defienda mis pobres argumentos, porque ni yo me fio de ellos, porque apenas ellos se aguantan vivos.

Deberías saberlo ya, me conoces lo suficiente como para entender, no con una mirada, sino con un simple suspiro, que estoy perdida y confundida. Pero si me atacas y no paras de tirar a matar, no voy a conseguir encontrarme nunca.

Todos mis ideales están reunidos, casi etéreos, en una palestra flotando, jugándose a pares o nones a ver cuales se quedan y cuales se largan...Porque no caben todos, porque algunos sólo traen heridas. Así que no podré darte razones de lo que siento o de lo que hago, no hasta que lo averigüe yo.

Y ahora puedes venir y culparme de inconsciente, de mala, de cobarde o de hipócrita... todos los juicios ya me dan bastante igual, no me afectan las palabras, he aprendido que son sólo eso, palabras, y que no tengo que dejar que me hieran, no tanto. Me he tenido que hacer mas fuerte por cojones, a base de golpes y caídas, de joderla una y otra vez, de dar oportunidades cuando no debería y de confiar en las personas equivocadas, aún sigo siendo muy débil y como ya te he dicho, no me conozco en absoluto, pero bueno, supongo que cuando aprenda a vivir, ya será la hora de irse de aquí.

Sabes muy bien que a veces intento poner la música alta y no pensar, pero joder, son mucho más fuertes los pensamientos, ya lo creo que lo son, y siempre están allí luchando cabeza y corazón, y siempre con un claro ganador.

Por eso hoy vine a decirte que mis intenciones no son malas, no conozco ese tipo de intenciones, que soy transparente, y que si no consigues verme bien, no es más que lo que yo misma veo de mí. Cuando llegue el día en el que descubra mis razones y mis mas fieles argumentos para ser como soy, tranquila, te lo diré.

Con amor,
M.

Sin ánimo de confundir valentía y temeridad, la gente se hace vieja y se olvida de lo esencial.

domingo, 5 de febrero de 2012

Que vivan las utopías

– Estoy harta de este lugar, no podemos huir? Llévame al lugar donde es un poco menos difícil vivir cada día, donde te ayudan a levantarte en lugar de ponerte la zancadilla para llegar ellos antes, donde las trampas son penadas por la ley, y donde la vida es más valorada que el dinero.

Llévame allá donde juzgar por lo que digan los demás es de cobardes, donde los que están arriba en el poder tiene un ápice de honestidad, al sitio donde los que menos tienen pueden opinar igual que los que más, donde la riqueza se mide en todo lo que tenemos, menos lo material. Allá donde los que mienten están mal vistos, es de valientes llorar, y son dignos de admirar los que hablan de sus sentimientos.

Llévame a ese sitio que me prometen las canciones, a esa utopía que tantos poetas han contado, al sitio de recreo de Antonio Vega, donde se escucha el grito de nuestra generación, y de las anteriores, y de las que acaban de nacer, gritos de esperanza y de ilusión, sin mentiras y sin dobles intenciones. Al sitio donde nunca más tengamos que salir a la calle abrazados a la tristeza, donde los llantos desconsolados no estrangulen las gargantas.

Vayamos juntos al rincón del mundo donde la hipocresía ya se haya extinguido, donde los dictadores sufran cien años de soledad, y los que buscan la libertad no sean perseguidos y exiliados. Donde el odio, el hastío, el pánico y el rencor no sean más que simples argumentos de películas de ciencia ficción. Y donde el miedo sólo sirva para superarnos a nosotros mismos, para dar un paso adelante. Creo que sólo allí podré ser feliz.

– Pero es que no sé donde está ese mundo, no existe…

– Pues vayamos a buscarlo, sé que juntos lo podemos conseguir!

– Si ir juntos es el primer paso, estoy dispuesto a ir a donde sea.


You may say I'm a dreamer , but I'm not the only one.

viernes, 3 de febrero de 2012

En un rincón, en un papel o en un cajón.

Pueden ser como una estaca clavada en el corazón, o como una dulce caricia en la cara… no somos conscientes de todo el valor que tienen en nosotros, y porque nosotros lo permitimos, claro.

La misma palabra en momentos distintos o de personas distintas puede ser como un puñal frío clavándose lentamente, o la mejor sensación del mundo. Pasamos días esperando oír unas, y tememos muchísimo oír otras… Lo peor es cuando lo que duele es la ausencia de esas palabras que esperamos como un niño el día de reyes. Cuando queremos que nos digan algo, cuando esperamos leer o escuchar las palabras exactas de la persona adecuada, y esas palabras no llegan nunca, porque jamás existieron fuera de nuestra imaginación. Pero como estúpidos animales que somos, volvemos y volvemos a caer en la misma trampa, volvemos a ilusionarnos, a esperar palabras que nosotros mismos hemos inventado, muchas veces lo menos importante es el significado de esas palabras, lo que vale es todo lo que conlleva, muchas veces cualquier sonido vale, cualquier pista, ayuda, respuesta.
Y es cuando no recibimos ninguna pista, cuando nos confundimos, nos sentimos mareados y no sabemos qué coño hacer. Algunos lloran, otros olvidan (o hacen que olvidan), algunos pintan, otros se emborrachan, otros escriben, otros componen canciones… y otra vez vuelta a las palabras.

Siempre he pensado que las canciones son como pequeños baúles llenos de emociones a punto de explotar en la cara del que las escucha. Con suerte son emociones bonitas, todo depende de lo que vayamos buscando… Si los temas son buenos, de esos que parecen hechos para nosotros, nos pegan tanto en un momento de nuestra vida que después siempre van a aparecer asociados a eso… aquel concierto especial que viviste con alguien, esa canción que te dedicó una noche, el disco que no podías parar de escuchar cuando estuviste triste por aquello…

Y pueden pasar meses, años, y la canción va a seguir impregnada de esos recuerdos…y a menudo duele muchísimo volver a escuchar una canción, muchas veces las emociones han sido tan fuertes en torno a unas canciones que ya no puedes volver a escucharlas, no te sientes capaz de asumir todas esas cosas que quisiste enterrar… y es triste porque quieres escuchar y no puedes, hasta que un día, un día cualquiera que te sientes con más fuerza de lo habitual, te atreves a poner a ese cantante que llevas meses evitando, porque sí, porque ya es hora… y de repente, el dolor va haciéndose más y más pequeñito, pero en realidad, es que tú te has hecho más y más fuerte.


Perdí cientos de horas en buscar un lugar donde tocar el suelo,
y encontré dos mil palabras que guardar.