miércoles, 26 de junio de 2013

Harta.

Es necesario estar harto de las cosas para empezar a cambiarlas.

Estoy harta de las expectativas, de la imagen que tenemos que dar para quedar bien, de no poder nunca ser nosotros mismos porque seríamos tachados de locos. De abrazar sólo en los momentos oportunos, de besar sólo en la situación adecuada, de la sonrisas prefabricadas, de las lágrimas en la almohada que se secan sin que nadie las cure.

Harta de que la gente no lucha por sus sueños porque son meras utopías inalcanzables, harta de estar siempre pendiente de mil cosas y no luchar por mis propias utopías.

Harta de las prisas, de ver pero no mirar, oír pero no escuchar, de no mirar a los ojos a la gente, de no saber pedir perdón, de que el dolor nos haga parecer malos. Estoy harta de que no sepamos poner nombre a nuestras emociones más recónditas porque nadie nos ha enseñado nunca.

Harta de que nadie venga nunca a rescatarme, de los gritos ahogados que caen en sacos rotos.
Harta de los llantos pensando que alguien va a venir a salvarnos como en las películas, y sin embargo, nos quedamos solos.

Harta de que pensar diferente esté mal, que actuar diferente esté mal, y que amar esté visto como algo raro. De la palabrería acerca de la libertad y la democracia en una situación en la que ni somos libres ni tenemos democracia.
Harta de oír a gente quejarse de la crisis y del gobierno y ver como no mueven un dedo por cambiar absolutamente nada. "Cambiar el mundo suena demasiado bien", y es ese demasiado que nos da miedo, y mejor se lo dejamos al de al lado. Y es que hemos cambiado "el amor mueve el mundo" por "el miedo mueve el mundo", y claro, así no vamos en la dirección correcta.

Harta de parecer culpables quienes no lo son, que paguen justos por pecadores, y de que empatía sea una palabra de la que casi nadie sabe si quiera su significado.

Harta de esperar, de esperar sin saber siquiera el qué, y  que sea lo sea, no llegue nunca. De las miradas perdidas en calles llenas de gente, de la gente perdida, de que nadie se encuentre. De ver más noticias de muertes que abrazos en las esquinas. De que la palabra crisis resuene mucho más que la palabra lucha.

Harta, muy muy harta, de que todo el mundo justifique su falta de valentía en que "la vida es muy complicada", cuando podríamos hacerla muy fácil. Pero hace falta valor, y de eso no tenemos mucho.

Harta de los prejuicios, de la gente sin esperanza alguna en la juventud, de la gente que mete a toda una generación en el mismo saco, del miedo a lo desconocido que lleva al daño y al odio. De que la Real Academia Española recoja en su diccionario la palabra xenofobia y no la palabra xenofilia.

Harta de que me miren mal en el Metro por sentarme en el suelo cuando vengo cansada de la universidad, de que la gente tenga miedo cuando ve a alguien que no cumple con todas las estúpidas normas sociales que nos han impuesto, de que aparten la vista a una persona que pide para intentar conseguir un poco de dinero para poder comer, haciendo como si no pasase nada para no sentirse egoístas e hipócritas cuando llegan a su casa. Harta de la gente que se queja de las huelgas, pero también de los empresarios, y de los políticos, Porque "Está muy bien que la gente luche por su futuro, pero yo no quiero esperar 10 minutos de más el autobús".

Harta de estar dentro de una sociedad que no hace más que repetirme que compre cosas para encontrar una felicidad que no llega nunca, que no existe, porque unos cuantos han decidido que la felicidad es algo a lo que tenemos que llegar para no darnos cuenta de lo bonito del camino.

Estoy fastidiada, cansada, absolutamente harta de todo eso, pero aún estoy más harta de que la gente se de cuenta de que todo eso está mal, y piense que nunca vamos a poder cambiar las cosas. Nunca he tolerado el conformismo.

"Llueve el caos en las aceras, la utopía por bandera, y la libertad como forma de amar".
(Pedro Pastor Guerra, cuya entrada ha inspirado las palabras de ésta)
Rock nd Roll live: "Harto"



 "Creo que nazco y que muero en cada verso, que el peso de un beso puede con el Universo"




Me arruinan las prisas y las faltas de estilo,
el paso obligatorio, las tardes de domingo
y hasta la línea recta.

Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.

Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido,
parado frente al mar mientras que el mundo gira.