Deberías saberlo ya, me conoces lo suficiente como para entender, no con una mirada, sino con un simple suspiro, que estoy perdida y confundida. Pero si me atacas y no paras de tirar a matar, no voy a conseguir encontrarme nunca.
Todos mis ideales están reunidos, casi etéreos, en una palestra flotando, jugándose a pares o nones a ver cuales se quedan y cuales se largan...Porque no caben todos, porque algunos sólo traen heridas. Así que no podré darte razones de lo que siento o de lo que hago, no hasta que lo averigüe yo.
Y ahora puedes venir y culparme de inconsciente, de mala, de cobarde o de hipócrita... todos los juicios ya me dan bastante igual, no me afectan las palabras, he aprendido que son sólo eso, palabras, y que no tengo que dejar que me hieran, no tanto. Me he tenido que hacer mas fuerte por cojones, a base de golpes y caídas, de joderla una y otra vez, de dar oportunidades cuando no debería y de confiar en las personas equivocadas, aún sigo siendo muy débil y como ya te he dicho, no me conozco en absoluto, pero bueno, supongo que cuando aprenda a vivir, ya será la hora de irse de aquí.
Sabes muy bien que a veces intento poner la música alta y no pensar, pero joder, son mucho más fuertes los pensamientos, ya lo creo que lo son, y siempre están allí luchando cabeza y corazón, y siempre con un claro ganador.
Por eso hoy vine a decirte que mis intenciones no son malas, no conozco ese tipo de intenciones, que soy transparente, y que si no consigues verme bien, no es más que lo que yo misma veo de mí. Cuando llegue el día en el que descubra mis razones y mis mas fieles argumentos para ser como soy, tranquila, te lo diré.
Con amor,
M.
Sin ánimo de confundir valentía y temeridad, la gente se hace vieja y se olvida de lo esencial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario