viernes, 7 de septiembre de 2012

La tristeza y la alegría viajan en el mismo tren.

Hoy ya es 8 de septiembre, y ahora mismo habrá gente de fiesta, mucha gente emborrachándose para olvidar que su vida es un asco, otros sólo para divertirse, habrá otras personas durmiendo porque mañana madrugan, otros viendo una peli con su pareja, otros haciendo el amor, otros en urgencias... y algunos cogiendo fuerzas para escribir algo... "Escupe" dice Rubén Pozo.

Para muchos hoy habrá sido un día más que tachar en el calendario, de esos en que no haces ni te pasa nada relevante, ni bueno ni malo, y te vas a la cama como te levantaste.
Para algunas personas con suerte, hoy habrá sido un día de esos en los que el sol parece que brilla más que nunca, en los que las noches de rock and roll son lo mejor del mundo, al lado de los tuyos, qué buena gente son, claro, amigos para siempre.
Para otros hoy habrá sido de esos días en los que sientes cosas nuevas, nuevas experiencias, y no entiendes muy bien qué es, si es bueno o malo, si quieres repetir o no... También puede haber sido un día de despedidas en el andén, de besos en el último minuto, de reconciliaciones, de flechazos, de sonrisas excitantes por la calle con desconocidos. Para otros habrá sido un día de creación, de sacar todo lo que tienen adentro de la forma que saben, música, pintura, escritura...

Pueden ser tantos días para tanta gente...
Días de jaquecas, de no entender nada, dias en los que hasta los alegres pájaros cantando te hacen sentir una mierda, días en los que todos fallan, días en los que te das cuenta quienes valen de verdad, normalmente, quienes menos esperas.
Días de palabras bonitas cuando estás mal, días de consejos que te hacen pensar, días de cruda realidad. De ataques de ansiedad, de terrores nocturnos, de nudos en la garganta que no se van con nada.
Noches de conversaciones con gente preciosa, conversaciones de no poder dejar de reír...Mañanas con los "buenos días" esperados, o no.
Días en que crees una cosa y te juras que va a ser así por siempre jamás, y al día siguiente todo está del revés, nunca nada es para siempre. Algunos días de no querer salir de casa y otros de querer irte muy muy lejos.
Días en que nada sale como queremos, que el karma es un cabrón con nosotros y todo el viento viene de frente, días de no encontrarnos, de buscarnos, y de finalmente, para bien o para mal, encontrarnos.
Días de manta, helado, y música destructiva... pero eh, tranquilos, que si el día empieza torcido, siempre puede seguir empeorando.
Días en los que te consuelas pensando que todo pasa, que "nada importa tanto" y que no hay que dar a la gente más importancia de la que ellos te dan... ojalá fuera tan fácil.
Días de querer ser feliz con todas tus fuerzas y que el mundo te lo impida, de querer estar sola en el universo, y otros de sentirte muy sola sin querer estarlo.
Días de ser correspondida, días de no serlo en absoluto.
Días de "nunca dejes de sonreír, aunque vaya todo mal", otros de "somos idiotas eh" y otros días de "Pues quiero ir a verte, voy a mirar vuelos".
Días en los que las penas pesan muchísimo sobre la espalda, que tienes que buscar la alegría por los rincones más recónditos de la ciudad, o por el fondo de los vasos del último bar abierto.

Y eso... que en definitiva, hay días para todo, por eso tenemos muchos años para aprender, para jodernos y caernos, y volver a levantarnos. Y aunque todo sea una mierda en un momento... "tout passe, tout casse, tout lasse, et tout se remplace". Siempre se puede levantar el vuelo, las alas no se rompen, sólo se lastiman. Y si ahora todo va bien, corre, aprovecha, haz todo lo que quieras, vive como si te fueras a morir mañana, hazme caso que cuando no lo tienes, se echa de menos.


Si no cierras bien los ojos muchas cosas no se ven.

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