El mundo está lleno de días malos, noches turbias, lágrimas derramadas injustamente, amores no correspondidos, pasiones nunca desatadas por vergüenza o pudor, sueños no cumplidos por desesperanzas crueles causadas por otras personas, vidas no acabadas cuando debían, historias nunca bien escritas, heridas mal curadas que con el tiempo se vuelven a infectar, está lleno de días lluviosos en los que estamos felices, y días soleados en los que estamos jodidos. Hay miles de personas que mueren cada día. Hay odio, temor, impotencia, rabia, desamor, hastío... Y lo va a seguir habiendo por siempre jamás.
Pero también el mundo está lleno de ilusiones que nacen, de niños que vienen al mundo a regalarnos sonrisas, de amores que se muestran en todo su esplendor, de ancianos que llevan a sus nietos al parque y son felices, de sueños que se luchan, que se defienden con uñas y dientes frente a los huracanes, y que se cumplen. De historias diferentes que tienen unos guiones inmejorables, de días en los que parece que nunca se va a apagar el sol, de días de bailar bajo la lluvia con la mejor compañía... Estamos llenos de noches en las que hablar eternamente sobre cine, sobre música o sobre filosofía con alguien especial, de despertar junto a quien queremos. Aunque no lo veamos todos los días, en el mundo hay miles de personas que donan sangre y que salvan vidas, médicos que luchan por curar personas, niños que nacen sanos y fuertes, padres que se llenan de vida al cogerlos entre sus brazos...
El mundo es lo que es, y no va a cambiar porque pensemos que sólo está lleno de mierda. Va seguir siendo el mismo, así que de nosotros depende fijar nuestra atención en lo malo o en lo bueno. Ya está bien de tener miedo a todo, miedo de lo bueno y de lo malo, miedo del cambio, miedo de decir lo que nos pasa por dentro.
Si sientes algo, dilo, si te mueres por decirle algo a la persona que tienes delante, corre, díselo, y si no la tienes delante, ve a buscarla. Quizás mañana ya sea demasiado tarde, quizás mañana ninguno estemos aquí, y todo el sufrimiento habrá sido en balde.
Me enervan los que no tienen dudas
y aquellos que se aferran
a sus ideales sobre los de cualquiera.
Me cansa tanto tráfico
y tanto sinsentido.
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