lunes, 17 de diciembre de 2012

Posiciona prioridades.


Ojalá llegue un punto en la vida de todos en el que perdamos algo que creamos que es muy valioso. Ojalá, y así nos demos cuenta de que no es para tanto, de que nada es para tanto. Nos creamos un mundo inventado que no existe en realidad, basado en unos cimientos que están hechos de nubes, que no valen para nada, que se pueden esfumar y hacernos creer que hemos perdido el juego. Cuando en realidad no es así, cuando en realidad tenemos unos cimientos mucho más fuertes de los que creemos.
No dejes que jamás nadie te diga que no puedes cambiar el mundo, que no lo vas a conseguir, que no merece la pena. Porque miente.

Que cualquier cosa puede sacarte una sonrisa en una mañana fría, en una noche triste, en un atardecer melancólico. Que solo tenemos que estar dispuestos a sonreír, y las pequeñas cosas, los gestos bonitos, vendrán corriendo a ayudarnos a pasar el mal trago. Las palabras adecuadas de una persona, los chistes que te sacan una sonrisa cuando estás a punto de llorar, los abrazos a fuego, las miradas de cariño... 

Que siempre va a ser un buen momento para tomar un café con alguien interesante. Sin darle tantas vueltas, sin tantos imperativo, sin tanta normal social que lo único que hace es joder el contacto humano.

Si te apetece háblame, si quieres matarme con la mirada, adelante. Si tienes ganas de invitarme a un café y charlar, si necesitas un simple abrazo... corre, pídelo. Ojalá eso que llamamos "espíritu navideño" se sostuviera todo el año, porque aunque sea por una falsa ilusión durante un puto mes al año, hace a las personas más cariñosas, más sensibles... más humanas.

Dejemos de quejarnos por el dinero, por los móviles, por el coche, por el trabajo.... busquemos más allá de todo eso, que aún hay muchísimo por descubrir.

Pero qué vais a saber vosotros de magia, que creéis que la navidad es sólo un cuento para contarle a los niños.


En estos días raros, de lunes confundidos y amores reciclados.

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